Como un náufrago a la deriva, Veleiron ha perdido el rumbo en un mar de ingentes proporciones.
¿Cuáles serán los designios que la madre Ventura depara a los habitantes de nuestro querido poblado?
Días de caos inundarán la ciudadela, la seguridad se verá truncada ante la falta de unión de mis conciudadanos y hordas de indeseables caminarán por nuestras calles. El mercado negro se insertará en los suburbios cual parásito en degeneradas entrañas y la corrupción será una vecina ladina y conciliadora.
¡Ay los preciados viñedos de Veleiron! Quién será capaz de cultivarlos con el amor y el cuidado que sólo un hogar cálido y seguro puede proporcionar. Se verán destinados a pudrirse en nuestra fértil tierra, serán alimento de gusanos e insectos. El vino de Veleiron será desprestigiado y nuestra economía se verá truncada hasta que la desesperación sea capaz de comprar nuestra alma en venta.
¿Cómo hemos podido llegar a esta situación? ¿Cómo hemos podido perder el respeto entre nosotros? ¿Qué hay de las Leyes que entre todos establecimos?
Días de oscuridad se levantan en el horizonte y amenazan Veleiron… ¿Qué actos podrán remediar esta situación? ¿Quienes serán los valientes que podrán unir y recuperar el tesoro perdido de nuestra civilización?
Señales de un porvenir esperamos, plegarias al cielo y nuevas que trae el viento.
Alcalde de Veleiron