Nefastas novedades acongojan a los ciudadanos de Eirea:
El Cubo Negro ha obrado. Velian y Argan ya no son visibles en el oscurecido
firmamento, y la magia funciona peor si cabe, ya que nadie se beneficia ahora
de la presencia de las lunas.
Un sutil entramado, semejante a una enorme tela de araña, cubre ahora todo el
cosmos. Brota de uno de los vértices del Cubo Negro, y se desconoce cuál es
su propósito.
El Heraldo de los Dioses viajará a menudo a las cercanías del Cubo Negro para
ayudar a los héroes a acabar con él.