El laboratorio era tan pequeño que los orgos no podían inscribir, ya que debían
estar agachados en todo momento. Un simpático grupo de obreros de diferentes
razas ha quitado el falso techo repleto de tesoros esperando ser descubiertos
por los héroes de Eirea y se los han llevado. Ahora se ríen de nosotros en
sus lujosos palacetes, pero al menos los orgos pueden inscribir en el
laboratorio.
Dunkelheit
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