– Uno avaricioso y arriesgado noble imperial le entrego al emperador un gran pedazo de papeles de importancia trivial que requeria su manuscrito. En el medio de todos, un edicto imperial que cedia el total control de la gestoria economica de Galador al Canciller paso inadvertido a sus ojos y fue aprobado.
– Webber, recluido desde hace mucho en su capilla, acaba de enterarse de que Dendra ya no es «Dendra», sino «Imperio de Dendra»
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