El imperio ha atraido a muchos ladrones y asaltadores de caminos por su riqueza y los largos caminos que separan sus feudos, sitios ideales para tender emboscadas a caravanas de suministros.
A partir de ahora andaros con más cuidado con los bandidos ya que pueden -que no siempre lo serán- ser más fuertes de lo que eran antaño.
La cantidad de dinero robado que poseían también se ha incrementado.