Gelido invierno del 7 de Cobe del 219 Era 3ª

Respetado Padre, Odraude Sengrot:

Insufrible ha sido la espera y duras las negociaciones, desde hace unos semanas mi venganza empieza a tomar forma. Como ya sabes nuestro honor ha sido tocado, aunque el honor ya nada me importa, una maldicion o bendicion ha caido sobre mi alma y solo deseo la destruccion de lo que antaño defendimos, el precio me es indiferente, el odio, la devastacion y el placer de destruir es lo unico que me mantiene vivo, estas son las esencias de la guerra. Y es hacia la guerra donde orientare mi vida.

Miralo, padre, Seldar nos ha abandonado, sus leyes para mi ya nada importan y desde mi posicion actual las comprendo como imnecesarias. Llevo meses luchando junto a criaturas que antes detestaba, pero su odio me ha hecho comprender.

Aun siendo leales al Emperador, he negociado con el cacique goblin y en ocasiones he prescindido de cumplir mi deber ante ellos. Se que te he fallado en ese aspecto, pero siempre he respetado a las criaturas que adoran a Velian, desde el ser alado que cruza Eloras cuando esta llena a el goblin que usa su belleza para impartir destruccion. Esta sutil amistad hacia ellos, ha llegado a un punto que nunca imagine que entenderia.

Tras dificiles negociaciones con el cacique, me dio la oportunidad de descansar en su
ciudad a cambio de que usara mi poder de proteccion para defenderla. Al principio lo vi como una forma de supervivencia por ambas partes. Pero al entrar en sus oscuras cavernas contemplar un sin fin de criaturas, deseosas de destruir… goblins comiendo elfos, gnols y otras razas entrenandose con el unico objetivo de destruir, destruir por placer, no por deber como haciamos en Dendra. Ese sentimiento visceral de destrucion, es la esencia de la guerra y de todo mal, es en estas oscuras entrañas donde se encuentra el alma de la guerra. Si, padre, me he sometido a la voluntad de un goblin, pero mi poder crecera y te pagare con la sangre de nuestros enemigos dendritas.

Todo lo que me rodea es lo que buscaba para nuestra deseada venganza. La sensacion
de subordinaje a un dios que solo busca la guerra me satisface, no distingue de enemigos con preferencia, solo la guerra y su malefica gloria para el y sus subditos. Esto acompañado de la forma de vivir de sus subordinados me han hecho arrodillarme ante el y pedir el favor suyo y de sus fieles para cumplir su voluntad y satisfascer mi odio hacia Dendra.

Hazte a la idea, padre, hemos perdido el favor de Seldar, y es algo que me complace…
Te mantendre informado padre.

Magarot Sengrot Adorador de Gurthang.