Y fué así como, para recuperar de nuevo el Equilibrio, Izhraziel el Antiguo fué perdonado por Adhrea, La Balanza. Darhazad juró vengarse de Izhraziel. Pasaría a todos los hijos de su Raza elfa a cuchillo. Fué en ese momento cuando Adhrea tomó la decisión. Una desición que llevaba tiempo rondando por su mente pero por la cual no se decidía. Y Adhrea no suele dudar. Pero la Profecía se cumplía paso tras paso, segundo tras segundo, y ya no tenían tiempo. Había que detener el Desequilibrio. Fué así como se volvieron a unir los caminos de los Herederos de los Antiguos, independientemente de su raza. Debía ser una vuelta al pasado. Un secreto apenas susurrado. Un poder en manos de los Elegidos. Había que encauzar los destrozos que el Cataclismo había producido en sus Herederos. Debían recuperar el poder de antaño. Y el primer paso era La Unión. La Congregación Rúnica.
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