Extracto de un epitafio de un reciente sepulcro de dueño desconocido:
No en vano fue tu muerte. Tu temple, tu sentido de la justicia y tu valor se contagió en todos nosotros. Luchó en nuestro nombre, en el nombre de todos aquellos puros de corazón que somos demasiado pacíficos para pensar siquiera en azotar al mal y echarlo de nuestro mundo. Esa agresividad, aunque opuesta a nuestro carácter, era por el bien la justicia, por el bien del mundo.
Ahora, gracias a nuestra pasividad, ha muerto, pero no sin llevarse por delante la vida de millares de seguidores abyectos de las religiones heréticas así como la atención de todos los justos de corazón, ¡todos! Los murmullos de los bosques Orgoth, los ecos de las cavernas bajo Kheleb o la propagandística de la cruzada, ¡en todas partes se habla de tu muerte!, ¡¡te has convertido en un mártir!! y no pudo ser en mejor momento…
La orden, que hasta ahora pasaba inadvertida por el miedo que habitaba en nuestros corazones, se ha vuelto increíblemente popular. Cada día decenas de seguidores vienen con el más noble deseo de engrosar nuestras filas, ya sea combatiendo o ejerciendo cualquier otro menester. En tan sólo unas semanas, la orden se ha cuadruplicado en tamaño, ¡¡y no parece que esto vaya a parar!!
Te bendecimos, santísima. Te bendecimos por las penurias que has sufrido sin que estos -ahora valientes- seguidores se moviesen poR defenderte. Tus ideales no caerán en el olvido, tu lucha no terminará nunca. Por Takome que daré hasta mi último aliento por mantener tu sueño en pie y por venerar tu vida santa.
Que Eralie guarde tu arma en su seno por siempre.
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