Un día más tarde de que Pikel y Fembul hubieran entrado en la caverna, Fembul salía de la misma, con la mirada perdida y corriendo. Se dirigió hasta su casa y se encerró en su cuarto, haciendo caso omiso de las requerimientos familiares y de las llamadas de sus amigos para salir a tomar algunas cervezas a la taberna. Cuando su tío, que había echado en falta, la pólvora, y estaba llevando a cabo una investigación le preguntó si sabía algo, desistió seguir con las preguntas, viendo su errático comportamiento.
Pasados 4 días de la vuelta de Fembul a Kheleb, nadie echaba en falta a Pikel. Fembul, se acercó hasta la casa de Pikel y no encontró más que libros y pergaminos que no entendía. Fembul, empujó, sin querer, los anteojos regalados por los gnomos a Pikel, los cuales quedaron estropeados al caer al suelo, Pikel los recogió del suelo. Fue entonces, cuando la puerta se abrió, era Pikel, con un aspecto demacrado y lamentable, debía llevar sin comer, ni beber por 3 días. Fembul intentó hablar con él, pero Pikel, parecía fuera de si. Empezó a hablar en lenguajes extraños para Fembul, y como poseído por la fuerza de quién se enfrenta a un demonio, le empujó hasta fuera de su casa.
A los dos días, cuando Fembul reunió fuerzas para volver a casa de Pikel se introdujo en ella, tras comprobar que nadie respondía sus llamadas a la puerta. Una vez dentro, quedo helado, al descubrir, el cuerpo ahorcado de Pikel. Rebuscó la habitación y apenas encontró un libro marcado en una página, diferente al resto, y una nota, en la única parte de la nota que pudo entender decía:
«El jinete muerto, amó y señor del Dragón, puede invocarlo cuando desee»….
«guardián de los secretos de la suboscuridad, espero que no encuentre lo que busca, o será capaz de arrasar con todo el continente y ninguno de nosotros, ni tan siquiera los elfos grises estarán a salvo, de la venganza del señor de los secretos oscuros «….
«mejor morir para guardar el secreto y que nadie, nadie pueda, nunca abrir su puerta y desencadenar el fin.»
Un frió recorrió su espina dorsal, cuando cerró el libro e intentó pensar, lo que todo esto significaba. Recogió los objetos más importantes que encontró en el cuarto y marchó a su casa, escondió dichos objetos. Y se apresuró a avisar a la guardia Khazad de cuanto había acontecido. Al principió nadie le creyó, pero cuando un Capitán de la guardia, le acompaño hasta la nueva caverna, y vio la grieta… no tardó en avisar a sus superiores que recurrieron a Darin inmediatamente.
Darin, decidió mandar un grupo de sus mejores hombres, al mando de Barag, ha verificar que se encontraba detrás de ese nueva grieta oscura .
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