Por primera vez en años, la ténue lluvia que riega Golthur Orod es pura y limpia.

Pequeñas gotas repican contra las enrobinadas y escarpadas armaduras de los guardias apostados en las abruptas almenas de la fortaleza.

Resguardados entre las nubes de humo expulsadas por el volcán, se esconden los balcones de la Torre de Obsidiana. La capa de hielo que los cubría perpétuamente, hálito del mismo Kavaladurum durante lustros acumulado, se está derritiendo.

Balcones de la Torre de Obsidiana [o]

En su atalaya, ignorante a cuanto acontece, reposa Kavaladurum sobre una montaña de gélidos tesoros.

El cénit de la línea de dragones blancos que desde el comienzo de la 3ª usurpó la cúspide de la Fortaleza Negra tiene oscuras escamas que ningún filo puede atravesar y dos enormes cuernos que se proyectan hacia el interior de una horrenda cabeza de leviatán y luego se extienden al frente.

Desde el impenetrable valle neblinoso del norte, cuna de la línea negra que gobernó en la 2ª Era, se aproxima Mergandevinasander de Chult: el único dragón negro que ha evolucionado a la forma de Gran Wyrm.

Golthur Orod – Cumbre de la Fortaleza [s,se,n,o]

Mergandevinasander de Chult se posa majestuoso sobre la cumbre de la Fortaleza Negra, y al desplegar sus alas ponzoñosas una lluvia de ácido aniquila a cuantas pútridas criaturas pululan y se arrastran por las alturas de Golthur Orod, sin dejar sus huesos siquiera.

Kavaladurum despierta de su letargo vespertino y, desde lo alto del torreón, levanta el vuelo para recibir a tan ilustre contrincante.

Golthur Orod – Cuarto Nivel: Fin del pasillo principal [o]

Mientras tanto, el nerviosismo se corta a golpe de cimitarra en lo más profundo de la Fortaleza tras el avistamiento del oscuro reptil: un destacamento de élite se abre paso con violencia entre la muchedumbre que se agolpa para intentar asomarse a lo alto de la estructura. Obedecen el mandato de quien ya había presentido, con cierto recelo, el advenimiento de una temible fuente de energía; Lord Grimfang no tolera bien la incertidumbre y tras varios minutos de meditación en su mausoleo, decide encaminarse también a lo alto de su fortaleza.

Golthur Orod – Cumbre de la Fortaleza [s,se,n,o]
Mergandevinasander, el Gran Wyrm Negro y Kavaladurum, el Venerable Dragón Blanco están aquí.

Mergandevinasander y Kavaladurum habían permanecido tanteándose a escasos metros el uno del otro. De los orcos que habían alcanzado la cumbre, tan sólo unos pocos suicidas permanecen para contemplar la batalla que se avecina; el resto huye despavorido ante el más que probable hecho de que acaben -a modo de daño colateral- congelados o disueltos en ácido.

La cadencia del silencio se hace abrumadora para los mortales que, ignorantes de cuanto avanza, curiosean a los impertérritos dragones en sus estáticas y desafiantes posturas.

En cambio, entidades como Lord Grimfang o Lord Minox, que apenas acaban de llegar a lo alto de la fortaleza, visionan una pesada batalla psíquica entre ambos dragones: ráfagas de objetos psiónicos se proyectan entorno a las figuras draconianas, convirtiendo el paisaje en un escenario de terror digno de recónditos planos de no-existencia, donde un nimio intento de comprensión de sus inherencias haría explotar el cerebro de los más sabios eruditos.

BLINK¡¡¡¡¡¡GRRRRÑIIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEK!!!!!!

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¡¡¡La espera llega a su fin cuando ambos dragones enfrentan sendos chillidos, que no sólo arrastran al vacío a todos los presentes en la cumbre de la fortaleza, sino que también hacen que las mismísmas nubes que cubren permanentemente la fortaleza de Golthur se abran de par en par, dejando que un débil Sol haga su aparición por primera vez en años!!!

Docenas de orcos caen al suelo destrozados, desde docenas de metros de altura.

Lord Grimfang se aferra como buenamente puede a las deformes gárgolas del tejado, y vuelve a encarmarse a la cumbre acompañado del rechinar de sus dientes. La forma de sus miedos se torna cada vez más sólida, y su silueta se asemeja a la de un dragón negro: la predecible muerte de Kavaladurum a manos de un Mergandevinasander más caótico y poderoso supondría el tener a un inquilino no deseado, alguien que no sería tan fácil de controlar.

Lord Grimfang comienza a formular el hechizo ‘Palabra de Poder: Muerte’.

Mergandevinasander comienza a formular el hechizo ‘Arcalón Reflectante’.
¡Mergandevinasander termina el hechizo y una translúcida aura carmesí con forma de media luna aparece frente a él!

Lord Grimfang pronuncia el cántico: ‘¡¡¡ MUERE !!!’
Algo extraño ocurre, Mergandevinasander empieza a brillar y el conjuro de Lord Grimfang es devuelto contra sí mismo.

Lord Grimfang propina el golpe mortal a Lord Grimfang.

Lord Grimfang cae al suelo destrozado.

Mergandevinasander comienza a formular el hechizo ‘Contenedor espiritual’.

Espíritu de Lord Grimfang asevera: ¡no es posible!

Mergandevinasander pronuncia el cántico: ‘fais spiritus’
Una pequeña ventana el plano Etéreo encierra el alma de Lord Grimfang con un sonoro ¡SSSSWOOOOP!

Kavaladurum y Mergandevinasander se encaran.

Kavaladurum, el Venerable Dragón Blanco abre sus fauces y del aire de su alrededor empiezan a brotar centenares de pequeñas y afiladas esquirlas de hielo, que flotan hacia sus poderosos colmillos conforme son atraídas por su inspiración gargantuana. ¡Algo terriblemente doloroso está a punto de suceder!

Mergandevinasander, el Gran Wyrm Negro abre sus fauces y emite un gargantuano bramido que azota dolorosamente tu cráneo; de entre sus colmillos afilados empiezan a chorrear densos hilos de brillante color verdoso que corroen el mismo aire, consumiéndolo, enviciándolo y haciéndolo irrespirable. ¡Algo terriblemente doloroso está a punto de suceder!

BLINK¡¡¡¡¡¡GRRRRÑIIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEK!!!!!!

Kavaladurum, el Venerable Dragón Blanco desencadena un infierno de hielo a su alrededor. Absolutamente todo lo que te rodea es cubierto instantáneamente por una capa de varios centímetros de hielo. El aire se vuelve tan frío que arden tus pulmones, y deja de ser respirable.

BLINK¡¡¡¡¡¡GRRRRÑIIEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEK!!!!!!

Mergandevinasander, el Gran Wyrm Negro escupe una gigantesca bola de ácido que explota en el aire a escasos centímetros del suelo, provocando una explosión corrosiva que se expande hasta el último recoveco del lugar. El aire se vuelve irrespirable y sólo alcanzas a escuchar los gritos de terror de las criaturas cuya piel se deshace burbujeante al entrar en contacto con el mortífero ácido del dragón.

Mergandevinasander, con sus enormes fauces abiertas y sus alas extendidas en posición de ataque, queda convertido en un enorme monolito de hielo macizo.

El Venerable Dragón Blanco ha exhalado toda su fuerza vital en este último y gélido hálito, cuyo poder, capaz de congelar a un Gran Wyrm, pasará a la historia.

Kavaladurum se deshace lentamente por el efecto de la bola de ácido. Su piel comienza a desprenderse de su cuerpo, convertida en un goteante líquido blanquecino antes de tocar el suelo de la cumbre; sus músculos se desgajan sucesivamente hasta quedar reducidos a una pulpa humeante; lo último que de él queda es el esqueleto, que se desmorona por completo y se mezcla con la amalgama de órganos acidificados.

Golthur Orod – Cumbre de la Fortaleza [s,se,n,o]
Cuerpo congelado de Mergandevinasander, el Gran Wyrm Negro.

Glorbaugh, Comandante del Ejército Negro se rasca la entrepierna y pregunta: ¿y ahora qué hacemos?

Fin.

Atentamente,
Dunkelheit