Poldarn es un castillo de eras antiguas que, en un principio, sirvió como base de operaciones para los Templarios de Poldarn; un grupo de caballeros ilusionados con traer la bondad del Canon a un sur de Dalaensar dominado por una corriente política extremista que apartaba a los suyos del camino recto.

Sus andanzas comenzaron bien y pronto se ganaron una gran reputación, la rara visión de un estandarte de Poldarn era recibida con gozo y alegría por los pueblos de Eralie por donde pasaban.

Esta gran fama causó que un gran número de reclutas acudiese a Nardiel a solicitar los votos, con ellos, vinieron sus familiares y amigos y pronto, llegaron mercaderes que se dedicaron a vender sus productos y servicios a esos mercaderes y amigos.

En menos de una década, el castillo de Poldarn estaba rodeado de casas de estos emigrantes que decidieron vivir cerca de sus virtuosos señores. Cuando su número fue muy grande, Nardiel abrió las puertas del castillo para que estos viviesen dentro, sacrificando el espacio de su campo de entrenamiento.

Ahora, en la cuarta era, los habitantes de Poldarn agradecen que en su día Nardiel tomase esa decisión. Los que antaño eran numerosos caballeros que defendían las virtudes del canon por Dalaensar ahora son un número reducido de caballeros que procuran defender sus tierras y el dominio de Takome de una, cada día mayor, infestación demoníaca.

El comandante ya está cansado y sus números menguan. Poldarn está al límite y padres y madres toman ya las armas para ofrecer una línea más de defensa ante las inagotables líneas de diablillos y demonios invocados por Alchanar.

Lo que antes era un castillo de un color blanco impoluto rodeado de aguas cristalinas, ahora se ha visto reducido a un castillo cuyas murallas están ennegrecidas por culpa de las incesantes batallas que han librado contra los demonios ígneos y cuyo foso se ha drenado hasta no quedar nada.
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