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El número, cada vez mayor, de Antipaladines en la fortaleza causó que estos ganaran mucho poder e influencia. Esto,
unido al ritual de convocación de pesadillas, causó que pronto los Antipaladines usasen a los investigadores para llevar
a cabo sus rituales. El Archiprelado de la Época, débil de mente y de voluntad, cedió a sus presiones y abdicó en un
Antipaladín, causando que desde entonces, la investigación se dejase a un lado y la fortaleza se limitase al
entrenamiento de Antipaladines e invocación de Pesadillas. El Archiprelado, en su vanidad, renombró a la orden como
‘Orden de la Orquídea Negra’ y adoptó el título de ‘Gran Maestre’.

Pronto la avaricia de los Antipaladines estalló y empezó una pequeña revuelta entre ellos causada por el intento de
conseguir el poder del recién nombrado Gran Maestre. Los paladines se enzarzaron en una reyerta en la que había dos
bandos: los que apoyaban al actual Archiprelado y los que se aliaban entre ellos con el fin de conseguir ellos mismos el
poder.

La reyerta arrastró a criados e investigadores y pronto la fortaleza estaba sumida en el caos y el desorden. Muchísimas
vidas valiosas e investigaciones se perdieron en aquellos días oscuros. Pronto, una joven investigadora -llamada Olivia
D’hara- hizo un pacto faustiano (ver el libro ‘Pactos demoníacos’ para más detalles sobre los pactos faustianos) con el
demonio Rogahortharminathar. Entregó su alma a cambio de poder para sofocar la rebelión y poner en orden la fortaleza.

Su pacto se llevo a cabo y su cuerpo se consumió cuando se convirtió en un huésped para el Medallón Ardiente (ver el
libro ‘Avatares de Seldar’). Con dicho poder exterminó a los Antipaladines y nombró a un nuevo Archiprelado, devolvió el
nombre a la orden y se consumió para siempre cuando su alma se perdió en el pacto faustiano.

Cuando el nuevo Archiprelado tomó cargo se formó una nueva asamblea popular para reparar el daño causado. Se
instauraron varias normas:
– Los Antipaladines jamás podrían optar al rango de Archiprelado.
– Ningún ritual demoníaco podría realizarse sin el permiso del Archiprelado, nombrado desde ese día como ‘Maestro
Ritualista’.
– Los Antipaladines estarían obligados a investigar para ostentar el poder entre ellos.
– La Orden de la Llama Púrpura pasó a llamarse Orden de D’hara para conmemorar a la Santa Martir de Seldar.
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