Cuando el cataclismo estallo en Eirea, las puertas que separan los distintos planos y dimensiones se debilitaron.

Decenas de entidades que se hacian llamar dioses asolaron el plano material, creyendo -en su vanidad- que podrian hacerse con el control de este mundo.

Algunos eran entidades de poder inimaginable y astucia sin parangón: Seldar, Eralie, Gedeón; el resto eran completos necios que querian dominar el plano.

Dioses mas poderosos se disputaron el control del plano material en todos los siglos de vida del planeta y no lo consiguieron, ¿que les hizo pensar que ellos saldrian victoriosos?

Su osadia les salio cara. Pronto dioses legales y caoticos se aliaron para repudiar a estas entidades que desestabilizaban el plano. Malignos y benignos lucharon mano a mano para derrotar y confinar a estos usurpadores en un conflicto que a dia de hoy se recuerda como ‘la purga’.

Durante esta caceria, los usurpadores fueron convertidos en cuerpos mortales -dragones- y confinados a lo largo de Eirea para que encontraran la muerte a manos de los mismos mortales que pretendian dominar. La ironia del castigo pretendia ser algun tipo de leccion impartida por los nuevos dioses.

Muchos de ellos eran seres poderosos -Lish, Kalavadurum, Resinthrearyx- pero otros no eran mas que lacayos que se ocultaron en lugares reconditos del planeta para planear su venganza y crecer en poder.

El oceano fue el escondite perfecto para muchos, que se refugiaron en la oscuridad que ofrecen las miles de toneladas de agua de las fosas abisales.

Antaño, su poder no era suficiente para emerger a superficie, donde dragones de Bronce luchan cada dia para cazar y eliminar a estos semi-dioses renegados; pero hoy, con mas de tres centurias a sus espaldas, estas criaturas se han vuelto mas atrevidas y emergen a superficie a demostrar que han podido ser doblegados, pero no derrotados.

La osadia que antaño les condeno a ser mortales, hoy les gano un hueco en las filas del panteon de Seldar, a quien no le importan las reyertas pasadas del Cataclismo.

La soberania de la legalidad en la superficie pronto terminara cuando todos los dragones estigios que moran en las frias corrientes del Orthos emergan para reclamar lo que, una vez, creyeron era suyo.