«Joder tío esa zorra está loca.» – Las palabras de Raztge sonaban con un tono que dejaba clara su preocupación.
«Mira Raztge, Lésfora esta desquiciada con este asunto de los AguasNegras. Se le están echando encima y está perdiendo apoyos a cada día que pasa.» – Derek se encontraba sentado en una de las sillas alrededor de la mesa, intentando mantener la tranquilidad mientras seguía con la mirada como Raztge daba vueltas por la buhardilla. – «Tenemos que ocuparnos nosotros de este asunto o va a acabar mal.»
«Y ¿Qué hacemos?» – El semidrow se paró en seco y cruzo los brazos. – «Cada día Lésfora me manda cosas más chungas joder. La semana pasada mandó a las sombras para que eliminara a una escuadra de los AguasNegras en el puerto y después me ordeno que me ocupara de los cadáveres.»
«Ya lo sé. Ya lo sé. Esto es un buen marrón.» – Derek se llevó las manos a la cabeza y se recostó ligeramente en la silla intentando pensar con claridad. – «Y encima ahora ha puesto la recompensa esa de mierda. Está haciendo correr la voz por las calles de qué quiere a todos los AguasNegras de Keel muertos. Y que pagara a todo aquel que le lleve una muestra de ello.»
El rostro de Raztge se inundó en un mar de rabia al escuchar las palabras de su compañero ladrón. – «¿Que ha hecho qué? Será hija de… ¡Eso es cosa nuestra Derek y lo sabes! !Ese es mi trabajo!» – Ahora la furia del semidrow era totalmente visible y una de las sillas sufrió las consecuencias cuando el semidrow le dio una patada con todas su fuerzas que la hizo volar hasta una de las paredes de la buhardilla.
«!PUTA!» – El grito de ira de Raztge debió escucharse en toda Naggrung.
Derek miro al furioso semidrow durante unos segundos y después se levantó de la silla. – «Tranquilízate. Si Lésfora se ha dado por aludida nos va a meter a una de sus sombras por el culo.» – Derek desvió la mirada de Raztge y empezó a caminar tranquilamente por la habitación. – «Siéntate y déjame pensar.»
Derek se paseó tranquilamente durante un par de minutos bajo la atenta mirada de Raztge, mientras este se calmaba. A la buhardilla llegaban débilmente los ruidos del exterior, amortiguados por el revestimiento de madera que cubría todas las paredes. Los ciudadanos de Keel continuaban con sus vidas normales ajenos a todas las tramas y conspiraciones que se trataban tan cerca de ellos.
El ladrón humano se detuvo al lado de Raztge y permaneció de pie. – «Tenemos que ocuparnos nosotros de este asunto de los AguasNegras. Así Lésfora podrá volver a encargarse del tema de los demonios y las mierdas esas que hace ella.»
Raztge hizo un gesto de aprobación con la cabeza mientras golpeo con el puño la palma de su mano. – «Hay que darles duro. Donde les duela.» – El semidrow levanto la cabeza para mirar a su amigo. – «Que vean que no somos débiles. Que aprendan que si juegan con Keel, acabaran mal.»
«Sí. Ummm…» – Derek se inclinó sobre la mesa y empezó a dibujar unas líneas sobre el cristal que cubría la mesa. – «Esos cabrones tienen un almacén oculto en la zona residencial noroeste de Keel. Justo aquí…» – Un par de golpecitos de los dedos de Derek sobre mapa recién dibujado indicaron el lugar al que estaba refiriendo. – «Me han llegado noticias desde hace varios días de que los miembros de la hermandad están guardando ahí gran cantidad de materiales. Si entramos ahí y les robamos lo que tengan les daremos un buen palo a esos cabrones.»
«Sí. así aprenderán.» – Una sonrisa se dibujó en el rostro de Raztge mientras observaba el dibujo.
«Pero no va a ser fácil, los AguasNegras tienen ahí dentro medio ejercito protegiendo esas mercancías. Necesitamos hacerlo con discreción, Raztge.» – Derek levanto la mirada de la mesa para mirar fijamente a su compañero. – «Búscate a gente hábil y capaz. Y limpiad ese sitio. Róbales todo lo que puedas.»
Raztge asintió rotundamente con la cabeza. – «De acuerdo. Yo me encargare.»
Derek cambio el tono de voz para expresar la seriedad del asunto. – «Lleva cuidado. Los AguasNegras tienen que aprender cuál es su lugar… Pero si la cagamos con esto puede que se desate una puta guerra en las calles de Keel. Y nosotros estaremos tan metidos en el fango que nadie podrá salvarnos.»
El ladrón humano se incorporó y volvió a pasearse lentamente por la buhardilla mientras se rascaba el mentón. – «Ummm… ¿Tienes tu bañera ocupada?»
«No. Ahora mismo la tengo disponible. ¿Que necesitas?»
Derek continuo dando pasitos cortos mientras hablaba y expresaba sus pensamientos. – «Puede que con el golpe al almacén no sea suficiente. Necesitamos más información de la Hermandad y puede que la única forma de conseguirla sea usando tu bañera.» – Una pequeña pausa permitió a Derek terminar de ordenar sus pensamientos. – «Veré a ver a quien puedo traerte. Tu tenla preparada. Si nos adelantamos a sus movimientos, los tendremos controlados y el control de Keel seguirá en las manos de Lésfora.»
Una gran y sádica sonrisa termino de dibujarse en el rostro de Raztge mientras Derek caminaba por la buhardilla hasta una de las paredes. Allí, clavado en la pared, se encontraba un viejo retrato hecho a carboncillo fino y muy trabajado. En el retrato se podía ver a un grupo de aventureros posando con aspecto jovial.
Las palabras de Derek volvieron a inundar la habitación. – «¿Qué tal te ha ido? ¿Has tenido algún problema aquí en Keel con lo tuyo?»
«¡Nah! Todo va bastante bien. Tengo a un montón de gente haciendo los trabajos de Lésfora. La verdad es que estamos sacando bastante pasta con esto.» – Derek asintió con la cabeza mientras escuchaba las palabras de Raztge. – «Y tampoco he tenido problemas. Solo un goblin de mierda que quiso cortarme el cuello. Le di esquinazo con bastante facilidad. Esos pieles verdes son demasiado estúpidos.»
«¿Y Azarov? ¿Tenemos noticias suyas?»
Raztge se levantó de la mesa y se adecento un poco la pechera mientras contestaba a la nueva pregunta. – «Si, ha mandado un par de mensajes desde Naduk. Parece que la gente de allí está respondiendo. Por Anduar pasan más aventureros que por aquí en Keel así que su volumen de trabajo es mayor que el mío. Pero…»
Derek dejo de mirar el retrato para prestar más atención a las palabras de Raztge.
«Más trabajo también implica más riesgo. Ya han intentado asaltarle varias veces. Sobre todo esos estúpidos anárquicos y sus amigos los lagartos. Parece que no saben estarse quietos.» – Raztge relajo su tono de voz para tranquilizar a Derek. – «No te preocupes. No le ha pasado nada a Azarov. Es más fácil hacer que se calle que acabar con él.»
«Está bien. Pero que se ande con ojo. Si tiene problemas con algún otro ataque habla con Lésfora. Que le envié a una de sus sombras a eliminar al culpable. Eso dejara bien claro a todo el mundo que con los Exiliados no se juega.»
Tras las palabras, Derek camino rápido hacia la salida pero una última pregunta de Raztge le detuvo. «¿Y tú Derek? ¿Cuándo te iras para el continente a cumplir con los trabajos de Lésfora?»
El humano se giró para contestarle. – «Mi viaje se ha retrasado. Iré para Ucho en cuanto toda esta mierda de los AguasNegras este solucionada.»
El semidrow asintió al tiempo que el ladrón desaparecía por la puerta envuelto en su capa.
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