Lo que viene a continuación es una historia de muerte, destrucción, conspiración, ambición cuyo tema principal es la desenfrenada búsqueda de un poder mayor.
La historia gira alrededor de Nightmare, un vulgar hechicero de la escuela menor que debido a su desmesurada ansia de conocimientos y de un mayor dominio de la magia acabó entregándose en cuerpo -Y sobre todo en alma-, al estudio de los secretos prohibidos, de las energías malditas… se entregó al total y completo estudio de la Necromancia en todas sus formas.
El cómo y de quién Nightmare consiguió aprender la Necromancia es una parte de otro relato, que de poco nos interesa en la fundación de este culto a los vientos de magia que es la familia AlmaNegra.
Nightmare siempre ha sido ambicioso por naturaleza y siempre ha pensado que el fin justifica cualquier medio. Por tanto nunca ha dudado de usar cualquier artimaña o de romper cualquier secreto para conseguir un ápice más de poder, aunque sea a costa de su propia vida. La Necromancia es una magia que se muestra fuerte en la cercanía de los muertos, ya sea en los muertos recientes de una batalla cruenta como en los restos que descansan en los sepulcros de cualquier cementerio. Por esto mismo Nightmare vaga por todos estos escenarios, buscando respuestas a sus preguntas, buscando porqués a sus cómos, intentando comprender que es lo que une el mundo espiritual con el material.
Y así recientemente encontró el eslabón perdido entre el mundo de los vivos y de los muertos. Más allá de los tambaleantes nomuertos que cualquier nigromante iniciado puede crear, se hayan terribles aberraciones que encierran un tremendo poder que hace que sean capaces de mantenerse en el plano material por sí mismas, sin necesitar la voluntad de alguien más que les guíe, así Nightmare descubrió que muchos hechiceros cambiaban su cordura y su vida por vivir en un eterno estado de no-vida en el que lo único que podía acabar con su existencia eran ellos mismos, estos archimagos encerrados en este estado de muerte infinita, eran los liches.
Así Nightmare comenzó una búsqueda frenética para intentar localizar a una de estas aberraciones para intentar llegar a dominarlas y así aumentar sus energías a costa de los conocimientos de estas mismas.
Gracias a las dotes de adivinación de nuestro protagonista- Y todo sea dicho, a los rumores de un granjero de Brenoic sobre unas tumbas en las que los muertos se movían con voluntad propia -, Nightmare encontró la morada de uno de estos hechiceros malsanos. Se trataba de Ayoltar, un olvidado liche que recientemente había aparecido en el poblado de Brenoic.
Aunque Nightmare no era tan poderoso ni conocía tantos secretos como cualquiera de estas almas encerradas podía conocer, sí sabía muchos secretos que había aprendido a lo largo y ancho de Eirea para lastimar a estas bestias. Así nightmare se internó en la guarida de Ayoltar y antes de que esta pudiese dañarle -Puesto que Nightmare ha aprendido numerosos conjuros de protección-, Nightmare fue capaz de retenerla con un conjero especialmente diseñado para paralizar a este tipo de criaturas, así Nightmare tenía a su merced al engendro mientras comenzaba a formular un olvidado y arcano hechizo de dominación que ataría a Ayoltar a su voluntad, pero casualidad o suerte del engendro, una joven hechicera movida también por los posibles secretos que Ayoltar pudiera guardar apareció de súbito en el sepulcro. Esta joven hechicera de nombre Ygdrasil, confusa por la situación comenzó a conjurar hechizos de multidestrucción para eliminar a ambas figuras que estaban en un duelo de voluntades – Aún cuando no sabía quién era la extraña figura que osaba desafiar a Ayoltar -.
En esta lucha, Nightmare tenía la clara ventaja, sus hechizos de protección le hacían practicamente inmune a los vulgares hechizos de Ygdrasil, así que nightmare sucumbió a su avaricia y se centró en el trabajo con Ayoltar ignorando así a su anterior rival. Desgraciadamente el agotamiento no estaba en los planes de Nightmare, y éste comenzo a hacer mella tras los miles de hechizos que Ygdrasil conjuraba en su contra. Sus hechizos de protección comenzaron a desvanecerse y aunque Nightmare es de todo menos cuerdo, decidió echar al insecto que perturbaba su encantamiento.
Con un rápido manotazo hizo que una fuerza invisible golpease a Ygdrasil y la empujase varios metros hacia atrás, entonces cegado por la cólera comenzó a devolverle a Ygdrasil todos aquellos conjuros que ella misma había usado en su contra. Ygdrasil se veía obligada a retroceder ante tal brutal descarga, se defendía como podía, tanto con contraconjuros como con la velocidad que le daban sus piernas para esquivar proyectiles, pero este estado de cólera hizo que Nightmare se olvidase de su conjuro de retener muertos vivientes con lo cual Ayoltar pudo romper los grilletes invisibles que le retenían y comenzó a pronunciar cánticos que sonaban a aversión en estado puro y a maldad sin adulterar. Nightmare sabía perfectamente que no podía quedarse allí y comenzó a huir para salvar su vida. Gracias a su habilidad -o a su suerte-, consiguió escapar de la cólera de Ayoltar y se refugió en los antiguos y abandonados cultivos de Brenoic.
Apoyado en el suelo, volvió a ver a la figura que había truncado sus planes, a esa hechicera que había irrumpido en medio del sortilegio y casi le había quitado la vida por culpa de su insistencia.
Ygdrasil también se había perctado de su presencia…
Ambos hechiceros mantuvieron una mirada fija durante unos segundos y simultáneamente comenzaron a formular conjuros, tanto ofensivos como defensivos, para eliminar a su contrincante.
En situaciones normales Nightmare habría masacrado a tan patético intento de hechicera, pero estaba terriblemente agotado y no era capaz de utilizar toda la energía que desearía.
Tras un largo rato de batalla en la que los contraconjuros salvaban milagrosamente a sus ejecutores de los mortales proyectiles de su rival, Ygdrasil y Nightmare cayeron extenuados al suelo, compartieron una mirada y comprendieron que ambos perseguían lo mismo.
Lo cierto es que el amor no estaba en ninguna de la lista de prioridades de los dos hechiceros, pero ambos perseguían lo mismo, y desde el momento en el que los dos cayeron al suelo, comprendieron que podrían buscar esos poderes que tanto ansiaban entre los dos.
Así ambos fundaron una familia y aunque, en un principio sería lo último que se habría pensado de ellos, su afecto acabo engendrando a su progenie. Así Nightmare e Ygdrasil hicieron crecer su familia y decidieron moldear a sus chiquillos a su imagen y semejanza, reclutaron a muchos hechiceros para que instruyeran a sus hijos en todas las artes posibles y así se convirtieron en una única – y extravagante- familia de hechiceros.
Corazón Negro ALMAOSCURA