Asi se formo la familia Reb-Tariq
ran tiempos de bonanza y prosperidad para el reino de Kheleb cuando Tandra y Mortriek se conocieron. Ella, una joven seguidora de Eralie, sacerdotisa de la pureza, encarnacion de la bondad de la diosa en Eirea. Él, un bárbaro curtido en inumerables batallas con un espíritu sosegado pues atrás quedaron sus años de trotamundos y correrías. Se conocieron en Kattak, cuna de la alianza de darin, protectora del reino de Kheleb. La atracción de Mortriek fue instantánea, la dulce mirada de Tandra y su atractivo le cautivaron desde el primer momento. Ella más reacia no veía con buenos ojos a tamaño bárbaro, sus cicatrices la asustaban y no podía dejar de sentir cierto temor ante un humano cuya máxima en la vida era la lucha por la lucha. No obstante poco a poco Tandra vió algo más en los ojos del bárbaro, una especie de inquietud y desasosiego que necesitaba ser calmado, nada tenía que ver con la lucha, sino más bien con la necesidad de crear un proyecto de futuro. Tandra se sintió atraída por el nuevo rasgo de Mortriek y lentamente descubrió que el salvaje bárbaro distaba mucho de ser insensible y brutal. Juntos se dedicaron a defender el nombre de Eralie por las tierras de los infieles y a hacer prosperar la ciudad de Kattak. Mucho viajaron por las tierras de seldar, de los ancestros y de los ateos. Fue al regreso de una de esas peregrinaciones a tierras infieles cuando un noble clérigo, al verlos tan bien juntos, tan enamorados les pidió que le antendieran un momento y les dijo:
«Hijos míos, vosotros que estais tan bien juntos, que tenéis un proyecto en común, que defendeis el nombre de Eralie por toda Eirea. ¿No habéis pensado nunca en uniros en sagrado matrimonio para formar una familia y que vuestros hijos puedan seguir con vuestra misión? Llegará el día en que vuestros huesos, ya viejos, no podrán seguir cumpliendo el objetivo que os habéis impuesto. Será entonces el momento de que otros sigan vuestras enseñanzas».
Sabias fueron las palabras del clérigo y calaron hondo en los sentimientos de ambos enamorados. Mortriek se postró ante Tandra y le dijo:
«Sé que no soy digno de ti Tandra, pero prometo serte siempre fiel, defenderte de los enemigos y expandir la gloria de Eralie por toda Eirea. ¿Querrías casarte conmigo y convertirme en el hombre más feliz del mundo?».
Tandra sabía bien lo que sentía su corazon hacia aquel hombre que si bien al principio le inspiro temor tambien le habia infundido confianza y poco a poco vio que estaba dotado de una sensibilidad y una paciencia infinita. Tandra se dejo llevar por su corazón y le dijo a Mortriek que si, que quería casarse con él y compartir la vida a su lado. Tandra dudaba de ser la mejor esposa para Mortriek pero estaba segura de una cosa, lucharía por serlo hasta el fin de sus dias.
Así se consolidó la unión de Tandra y Mortriek. Sus descendientes tendrán que seguir el camino que ellos han iniciado.
1- Defender el nombre de Eralie ante cualquier agravio.
2- Profesarán obediencia a sus progenitores y lealtad a sus hermanos.
3- Jamás iniciarán hostilidades ni realizarán acciones que puedan perjudicar a la ciudad de Kattak o de Kheleb.
4- Defenderán el reino de Kheleb de los infieles.
5- Ante cualquier ofensa de un aliado recurrirán a sus progenitores para intentar mediar una solución.
6- Sólo podrán ser miembros de esta estirpe aquellos ciudadanos de origen Kattense, cualquiera que sea su clase o profesión.
Y así nació la Familia Reb-Tariq
Mortriek
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