Loreley, de todos los tiempos, estos son los q agitan la noche,la espera,el lamento.Las nubes ensombrecen la ciudad mientras escribo, congelando el pensamiento y la luz, haciendo q las calles se suspendan entre el dia y la negrura.He esperado mas alla de decisiones,mas alla del corazon en penumbra,para hablarte como ahora lo ago.
En mi ausencia creciste mas hermosa, mas oscura de corazon.Eres esencia de osquideas en la ondulante noche en q la pasion, cual tiburon arrastrado por un rio de sangre, mara los cuatro sentidos, solo el paladar preservando para, doblado sobre si mismo, hallar su propia savia en una liviana herida, y yo, al igual q el tiburon, degusto tus manjares en el largo tunel de mi garganta, mas, aun sabiendolo, siento q tu noxe conserva su riqueza, convertida en una manopla de deseos q me llevan a un sentimiento donde me confundo en un vano embrujo, y te estrecho en mis brazos en una tiniebla consagrada por el placer.
Pero la luz, la luz, loreley mia, cuando el sol las lluviosas callejas ilumina y el aceite de los empañados faroles reverbera en el agua por el astro azotada, difuminando la claridad en mil arco iris… La luz q me levante y, aunque vuelva la tormenta a ensoñorearse, pienso en ti y en el largo tiempo vivido juntos, puedo ver el sol a traves de la buma y el manto de nubes.¿como luchar contra la luz? es algo q descubrire junto a ti.
Y asi, en la sombra, noto tu sombra junto a mi, agitada en la gris penumbra, ansioso de oscuridad, ahuyento la luz.

Poema para Loreley Baelzhemon de su esposo Drakar Baelzhemon.
Drakar Baelzhemon, Guardian de la Fuente Oscura