Los hombres-lagarto están adaptados a los climas cálidos, por ello tienen una resistencia natural al calor (fuego) y una debilidad innata al frío.
Esta resistencia/debilidad ha sido implementada, en idéntica cantidad de resistencia como de debilidad. Esto hará que todos los daños de tipo «fuego» sean reducidos levemente, y los daños de «frio» incrementados en idéntica cantidad.
Por tanto un hombre-lagarto sufrirá más en la nieve, pero menos en un desierto.