Atraídos por el olor una jauría de perros rabiosos que vagabundeaba por el Erial de los Condenados
se ha infiltrado en los túneles próximos a Ancarak. Por la especial afección que
la rabia tiene sobre su metabolismo los kobolds disfrutan enormemente
organizando batidas para acabar con esas criaturas apestadas,
siendo un símbolo de buen hacer y admiración en toda la caverna el acabar con
cada una de ellas